Bajo las calles de Tomelloso se esconde un tesoro patrimonial que cuenta la historia de generaciones: sus emblemáticas cuevas.
Bajo la superficie tranquila de Tomelloso se esconde un auténtico mundo subterráneo que muy pocos imaginan. Miles de cuevas excavadas a mano bajo las casas, las bodegas y las calles del municipio. Estas cuevas, algunas con varios siglos de antigüedad, se utilizaban tradicionalmente para la elaboración y conservación del vino. Se utilizaban cuando la viticultura era una forma de vida que impregnaba cada rincón de la ciudad.
Excavadas en una tierra arcillosa, estas galerías subterráneas ofrecían las condiciones ideales de temperatura y humedad para fermentar y almacenar el vino durante todo el año. En su interior, frescos incluso en pleno verano, se alineaban tinajas, cubas y útiles de trabajo. Así, de esta forma, se han creado verdaderas bodegas bajo tierra, conectadas en ocasiones entre sí por túneles y pasadizos.
Durante décadas, estas cuevas fueron el corazón oculto de la economía local, símbolo del ingenio y del esfuerzo de generaciones de viticultores. Hoy, aunque muchas se encuentran en desuso, algunas se han restaurado y pueden visitarse. Así mismo, ofrecen una experiencia única para el visitante que quiera descubrir la historia vinícola de Tomelloso desde sus cimientos… literalmente.
Caminar por estas cuevas es entrar en un mundo detenido en el tiempo, donde las paredes aún guardan el aroma de la uva y el eco de las conversaciones de quienes las habitaron. Son un testimonio silencioso de la profunda relación entre Tomelloso y el vino. No sólo como producto económico, sino como parte esencial de su identidad y de su forma de entender la vida.
¿Sabías que es posible visitar algunas de estas cuevas? Desde la sección de planes de Alma Selecta podrás encontrar toda la información para contactar con la asociación de las cuevas y agendar una cita. No te pierdas toda la historia de Tomelloso.